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Indianápolis: Capital de la Velocidad

07 de octubre de 2021 | Compartir en

FOTO ARCHIVO. Las primeras luces del atardecer en el Círculo de la capital del estado de Indiana.

El ritmo se acelera de manera casi vertiginosa en una comunidad que se transforma en vísperas del acontecimiento deportivo más convocante del planeta: las "500 Millas de Indianápolis".

La capital del estado de Indiana, con una población estable de poco más de ochocientas mil personas, por esos días tiene un crecimiento que alcanza un nivel casi imposible de precisar. Aficionados de diferentes rincones de este bien llamado "Coloso del Norte" se instalan desde varios días antes con sus imponentes casillas rodantes en las inmediaciones del Indianápolis Motor Speedway para disfrutar de una fiesta popular incomparable.

Claro, también se puede observar, transitando por las amplias y ordenadas calles de Indianápolis, a ciudadanos de diferentes países que llegan a esta "Capital Mundial de la Velocidad" para asistir a un espectáculo fascinante. Los norteamericanos no dejan margen para la duda cuando expresan que la Indy 500 es "la carrera más famosa del calendario internacional". Los analistas, reconocen que esa definición está muy cercana a la realidad, pero mencionan en un plano de similares características a otros dos clásicos del automovilismo mundial: el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 y las 24 Horas de Le Mans.

FOTO ARCHIVO. Una multitud estimada en unas 400.000 personas acompaña una edición de la Indy 500.

Los tres eventos son particularmente atractivos y la relevancia que han adquirido cada una de esas programaciones a través de varias décadas, eximen de cualquier tipo de especulaciones sobre cuál es el más prestigioso. La Indy 500, no obstante, puede exhibir, con legítimo orgullo, un privilegio que nadie se atrevería a discutir: su impresionante convocatoria.

Históricamente, una multitud cercana a la barrera de las cuatrocientas mil almas, refleja con absoluta certeza todo lo que es capaz de generar esta competencia, que se desarrolla en un escenario de poco más de cuatro kilómetros, que los protagonistas tienen que recorrer en 200 oportunidades para completar los 804 kilómetros de una exigencia tremenda para hombres y máquinas.

Los promedios que se alcanzan en las tandas clasificatorias y que han superado en los últimos años los 370 kilómetros, aparecen como marcas escalofriantes, aún para los fanáticos del deporte motor. Esa velocidad, claro, debe aceptarse como uno de los condimentos determinantes a la hora de adquirir una entrada capaz de garantizar el mejor lugar de observación.

FOTO ARCHIVO. El imponente Hall de la Fama se levanta en el predio del Indianápolis Motor Speedway.

Además del circuito, en el mismo predio del IMS, se puede visitar el Hall de la Fama, en el que se pueden admirar a varios autos ganadores de la Indy 500 y de otras categorías, como la NASCAR Cup Series, que también compite en el mítico óvalo.

Para quienes tuvimos el placer de viajar desde Rafaela y la zona, la sorpresa fue mayúscula cuando nos topamos con el mismísimo Colt Ford que utilizó Al Unser Sr. para ganar las 300 Indy, el 28 de febrero de 1971, en el autódromo del Club Atlético.

No menos espectacular es la Parade, un desfile que convoca a bandas universitarias, figuras de generosas dimensiones infladas con gas helio y los pilotos en los autos descubiertos, que junto a sus familiares saludan al público, que acompaña la celebración a lo largo de un extenso recorrido, que se realiza el día previo a la competencia, con epicentro en el Círculo, el corazón de Indianápolis, donde se levanta un monumento que rinde homenaje a los soldados y marinos caídos en batallas.

FOTO ARCHIVO. El Lucas Oil Raceway es un óvalo pavimentado en el que participan distintas categorías.

Claro que la ciudad, además de servir de escenario a una carrera excepcional, ofrece múltiples atractivos al visitante. Para los mismos aficionados “tuercas”, es una excelente opción el Lucas Oil Raceway, un óvalo pavimentado que se ubica en un complejo a poco más de media hora del centro y en el que los fanáticos del Midgets tuvimos el privilegio de visitar y presenciar un espectáculo que tiene una increíble continuidad.

Los amantes del fútbol americano encuentran su lugar en el mundo en el Lucas Oil Stadium, la sede de los Colts, mientras que los que se inclinan por el básquet pueden gozar de los juegos de la NBA, acompañando a los Indiana Pacers, en un repaso que sólo incluye a los eventos deportivos.