La respuesta a una de las preguntas más frecuentes en vísperas del viaje al circuito de Yeda llegará incluso antes de la clasificación y de la carrera. Hablamos del neerlandés Max Verstappen y de su última chance de sacar a la pista su quinto motor de combustión interna, una elección que le supondría una penalización de cinco lugares en la parrilla de salida del Gran Premio de Arabia Saudí.

Son días muy tensos en Red Bull (al igual que en Mercedes) y no podía ser de otra manera teniendo en cuenta tanto lo que está en juego como la llegada de las últimas carreras de una temporada intensa.

El largo y agotador enfrentamiento entre Mercedes y Red Bull, así como entre Max y Lewis, llevó a los protagonistas directos a expresar: "Ahora, que pase lo que pase", confirmando que cada uno no tiene dudas de haberlo dado todo.

Las matemáticas dicen que Verstappen es el único que puede cerrar el mundial a su favor en Yeda, pero para ello tendría que estirar a 25 puntos la ventaja que lo separa de Hamilton, una tarea no imposible pero definitivamente compleja por lo observado en los últimos Grandes Premios.

Max tiene una ventaja nada despreciable en la clasificación general (de 8 puntos), pero en el box de Red Bull sigue habitando un interrogante: ¿Qué hacer con el motor? En cuanto a la fiabilidad, Honda ha confirmado que ha realizado un gran trabajo de cara a la temporada 2021, pero aunque las unidades de potencia japonesas no mostraron ningún problema, la última homologada por Verstappen, ya acumula un importante desgaste.

Aunque dentro del equipo de Milton Keynes han realizado una rotación de motores, en Abu Dhabi habrán pasado ocho Grandes Premios desde que debutó la última unidad de potencia, un importante periodo de tiempo que podría (el condicional es obligatorio) haber supuesto entre 2.000 y 3.000 kilómetros sobre la cuarta pieza de combustión.