El viernes arribaron a Rafaela para sumarse a los participantes del 27° Rally de Regularidad organizado por el Club de Automóviles Antiguos de Rafaela (CAAR).

Luego de partir desde Córdoba, el contacto hasta que llegaron al Parra Hotel & Suites fue permanente. Angel Rubén Monguzzi, acompañado por Luis Soppelsa en el BMW M3, finalmente llegaron para que, como tantas otras veces, nos estrechemos en un abrazo con una de las glorias de nuestro automovilismo y con su acompañante, que volvió a Rafaela después de más de veinte años.

El primer encuentro se dio en la vereda del hotel, en bulevar Santa Fe -pleno corazón del microcentro rafaelino- y desde ese momento compartimos extensas charlas y cada una de las actividades programadas por el CAAR, a partir del mismo viernes.

Esa noche, en la cena de bienvenida servida en las instalaciones de la entidad de bulevar Hipólito Yrigoyen y Juan B. Justo, que se extendió hasta poco después de la medianoche.

FOTO VHF. Luis Soppelsa posa con el Stoddard Dayton 1912 en la neutralización en San Antonio - Castellanos.

El sábado, poco antes de las 09:00, como lo hice en tantas oportunidades, me dirigí hacia la plaza 25 de Mayo, el lugar elegido para realizar la largada, que tuve el privilegio de relatar, hasta que llegó el momento del inicio para el binomio Monguzzi - Soppelsa, al que me sumé en la espectacular cupé, para completar el recorrido de la Prueba de Regularidad, en la que lo menos importante fue el resultado. Tanto que ni consultamos la hoja de ruta ni consultamos el cronómetro, que obviamente nunca pulsamos.

Hubo tiempo para realizar algunas fotos, primero en San Antonio - Castellanos. Después, en el Aero Club Rafaela, en un sábado que, durante varias horas, en la vereda del Amerian, compartimos con Jorge Andón. Fue un momento que, sin duda, pasará a ocupar un lugar importante en mi memoria. Escucharlos a Jorge y Angel, fue una experiencia maravillosa y enriquecedora.

FOTO VHF. Otra de Luis Soppelsa, acompañando a Claudio Cecotti sobre la histórica Chiva en el Aero Club.

Durante la noche, en la cena de gala volvimos a ubicarnos en la misma mesa con Monguzzi y Soppelsa, disfrutando de otro momento ameno. Cuando se acercó Tomás Muriel -presidente del CAAR- para invitarme a pronunciar algunas palabras, mencioné sus presencias y agradecí, en nombre de la institución por haberse acercado a una ciudad que los vio ganar en nuestro autódromo.

El domingo, luego del desayuno, nos despedimos con la promesa de reencontrarnos. Angel y Luis habían estado en un lugar donde se sintieron cómodos y en el que recibieron el afecto de quienes le dieron vida a un evento que supo ganarse, por méritos propios, un lugar preponderante en el ámbito nacional

Víctor Hugo Fux (editor periodístico de Fierros Calientes).