La definición fue otra vez espectacular. Como todas las que se viven en las 500 Millas de Indianápolis, cuando debe aguardarse hasta que caiga el banderazo cuadriculado para saber quien se va a quedar con el triunfo más preciado, la corona de laureles, el festejo con la leche derramada sobre la cabeza, un premio millonario en dólares y el privilegio de incorporar el tallado de su cara al trofeo Borg-Warner.

Este año no fue la excepción, porque el desenlace llegó en la última de las 200 vueltas pactadas al Indianápolis Motor Speedway, el legendario escenario de dos millas y media ubicado en la capital del estado de Indiana y que volvió a convocar en esta centésima séptima edición a más de 300.000 espectadores.

FOTO PRENSA INDYCAR. Josef Newgarden derramándose la leche sobre su cabeza tras la notable victoria.

Pudo haber victoria para el mexicano Pato O'Ward, pero una maniobra temeraria y apresurada lo dejó sin chances. Estuvo muy cerca de alcanzar su segundo triunfo de manera consecutiva el sueco Marcus Ericsson. Pero en el ingreso al giro decisivo la fortuna le sonrió al estadounidense Josef Newgarden.

FOTO PRENSA INDYCAR. El ganador en la sesión de fotografías del lunes con el anillo, el trofeo y la corona.

Un especialista en óvalos que esta temporada ya había ganado en Texas, pero que nunca antes había podido imponerse en la Indy 500. Su estrategia y frialdad le permitieron festejar el domingo. Y vaya si lo hizo. Saltando del otro lado del alambrado para celebrar con el público en el medio de la tribuna.

Fue una nueva satisfacción para el histórico Roger Penske, el dueño de todo: del Indianápolis Motor Speedway, de la mismísima NTT IndyCar Series y del Team Penske, la estructura más exitosa en el historial de la Indy 500.

FOTO PRENSA INDYCAR.  Newgarden, Penske y el auto estacionado sobre la franja de ladrillos en el IMS.

Newgarden tuvo su momento de gloria el domingo. Y lo revivió el lunes, en la sesión oficial de fotos. Algunas de esas imágenes son las que forman parte de esta reseña de otra carrera que perdurará en el recuerdo, como tantas otras que se realizaron en mayo, el mes de la carrera más esperada y convocante del automovilismo en todo el planeta.